martes, 14 de octubre de 2014

El nombre del viento de Patrick Rothfuss (Plaza & Janes, 880 pág.)





















“He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.


Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mi”

La literatura fantástica no me apasiona pero “oí tanto hablar” de Kvothe que me dejé engañar por mis amigos y accedí a leerme el libro y el fiasco ha sido grande, casi tanto como las casi 900 páginas que tiene.

Rothfuss intenta en este primer tomo, es una trilogía, emparentar a Harry Potter con Frodo y el resultado queda tan lejos como Mordor o Hogwarts. En la literatura fantástica creo que están todos los seres inventados pero si encima los bautizas con nombres que bien podría haberme inventado después de tomarme un par de cervezas de cebada de calabaza pues el resultado es que te salga un churro en vez de una menina. Ya ni te cuento los cinco o seis idiomas nuevos que se inventa después de haberse metido entre pecho y espalda lo que llama en el libro resina de denner que hace las mismas funciones que las setas alucinógenas a la par que el Colgate.

El protagonista es una mezcla entre un personaje de Dickens y el hijo bastardo de Dumbledore y Lobezno, porque o tiene la mutación de la regeneración espontánea o a la primera paliza se hubiese acabado el libro allá por la página 200 y yo se lo hubiera agradecido bastante pero como también estoy a favor de las adaptaciones cinematográficas me parece bien que Rothfuss haya estirado la historia 700 páginas más en el primer libro y vete tú a saber cuánto más en los otros dos ladrillos de la saga.

Las similitudes con la obra de JK Rowling son tales que Kvothe tiene su Draco Malfoy, su Severus Snape y hasta su novieta Cho Chang pero con un poquito de vida más alegre que para eso el chico no tiene edad para estar en la Universidad pero si para pegarse unas melopeas que ni el mismísimo Voldemort.

En definitiva, El nombre del viento queda a años luz de Tolkien (tampoco me mata) y debido a la extensión no me ha tenido tan enganchado como Rowling.

Puntuación: 5/10


Alternativas: saga El señor de los anillos de J.R.R. Tolkien, saga Harry Potter de J.K. Rowling, saga Crónicas de Narnia de C.S. Lewis

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